Un poquito más:
Los pectínidos (Pectinidae),
conocidos vulgarmente como vieiras, son una familia de moluscos bivalvos, emparentados de
cerca con las almejas y las ostras.
Se las suele
llamar con la palabra gallega "vieira", porque en Galicia son
abundantes.
En castellano se llaman "veneras".
Ambas palabras derivan
de Venus, la diosa del amor. Botticelli y otros
pintores la representan surgiendo de una "vieira".
La concha de la
vieira común (Pecten jacobaeus) recibió de Lineo
esa denominación taxonómica en 1758, en obsequio al símbolo del peregrino en el Camino de Santiago (España).
Al ser típica de las costas de Galicia, los peregrinos la llevaban a
sus lugares de origen como prueba de que habían llegado hasta el final del
camino.
En mi casa el día de Navidad y el día de Año nuevo siempre se elabora esta deliciosa receta.
Mucha gente no se anima a hacerla en casa, pensando que puede ser muy laboriosa o difícil, pero para nada; es una receta con mucho mimo y muy agradecida, ya que todo el que la prueba queda encantado.
Nunca calculéis una por persona, ya que seguro, van a querer repetir.
Ingredientes:
12 vieiras
150 gr de jamón serrano
4 cebollas
1 vaso de vino blanco
2- 3 cucharadas de pan rallado
1 cucharada de salsa de tomate (preferiblemente casera)
Aceite de oliva
Sal
2 hojas de laurel
Elaboración:
Las vieiras en épocas navideñas suelen tener un precio elevado, por lo que si no queremos pagar ese precio tenemos dos opciones: la primera comprarlas frescas, antes de estas fechas, limpiarlas bien por si traen un poquito de arena y congelarlas; o simplemente que es la opción más práctica y económica, y la que yo hago, es comprar las vieiras congeladas en un sitio de confianza, que nos saldrán estupendas y además ya vienen limpias.
El día antes , o por la noche sacamos las vieiras del congelador y las dejamos en un escurridor a temperatura ambiente, si en casa tenéis la calefacción muy alta, mejor descongelarlas en la nevera en una bandeja.
Al comprarlas congeladas tenemos dos opciones las que viene sólo la carne o las que traen la concha, yo siempre compro la que no trae concha, por lo tanto después vamos a necesitar que tengamos en casa algunas conchas para poder elaborar la receta.
Si no tenéis conchas, ni conocéis a nadie que os las pueda prestar, es preferible que compréis, aunque sea la primera vez, las que si traen media concha, que suelen venir envasadas al vacío y congeladas; y la próxima vez ya las tendréis.
Picamos la cebolla y también el jamón serrano, que tiene que quedar muy fino, para que aporte sabor, pero no es necesario apreciarlo en la boca, la gran protagonista es la vieira.
En una cazuela ponemos un poco de aceite de oliva, las hojas de laurel cortadas en cuartos, añadimos la cebolla y dejamos a fuego bajo para que la cebolla quede confitada.
Cuando la cebolla ya está prácticamente lista, añadimos el jamón, la salsa de tomate y el vaso de vino blanco y dejamos que la salsa se vaya poco a poco reduciendo.
Una vez que la base de nuestra receta ya está lista, la retiramos del fuego y probamos de sal; ya que dependiendo del jamón puede necesitar sal o no.
Es el momento de colocar las vieiras, bien escurridas encima de la cebolla, las asentamos con cuidado y moviendo la cazuela en el aire, hacemos que se integren bien con el guiso. Tapamos la cazuela y las dejamos a fuego bajo aproximadamente 5 minutos, no importa que no estén cocinadas del todo , ya que al ir al horno se terminan de cocinar, y así evitamos que se queden secas.
Cogemos las conchas y con una cuchara vamos poniendo una vieira en cada concha y alrededor la cebolla confitara, espolvoreamos con un poquito de pan rallado, sin pasarnos y colocamos en una bandeja para horno. Si alguna vieira es muy pequeña podemos poner en una concha dos.
Metemos en el horno, caliente a 200º aproximadamente con calor arriba y abajo aproximadamente 5 minutos y a continuación gratinamos 2 minutos más.
Llevamos a la mesa recién salidas del horno, tened cuidado que queman.
Buen provecho!!
